MOTIVOS Y PROCESO DE FUNDACIÓN:
Al párroco de la Parroquia de San Agustín de Talca, doctor don Miguel Rafael Prado, se debió la iniciativa de la fundación de Descalzas en esta ciudad. Se habían cometido en ella algunos sacrilegios que pedían reparación y su celoso pastor creyó que nada mejor para conseguirlo que un convento de hijas de Santa Teresa.
En un viaje a Santiago habló el Señor Prado con la Madre Priora de las Carmelitas Descalzas del Monasterio de San Rafael, Madre Rosa del Santísimo Sacramento quien acogió el proyecto y se ofreció ella misma para ejecutarlo.
El 23 de abril de 1895 la Sagrada Congregación autorizó la Fundación del nuevo Monasterio. La Madre Rosa puso por titular y procuradora de la nueva Casa a Santa Teresa de Jesús. Puso en una hornacina la imagen de la Santa y una lamparita de aceite ardía día y noche en ella. Las Hermanas se dieron cuenta que el aceite no se consumía, por lo que lo tomaron como una señal que la Santa Madre quería la Fundación en Talca. Otro día un bienhechor regaló a la Madre Priora dos monedas, las cuales milagrosamente se convirtieron en cuatro, convenciendo a las Hermanas que se oponían que era la voluntad de Dios.
La primera postulante fue la joven Elisa Dueñas Goycolea quien además dio generosamente $15.000 de su patrimonio. Esta joven fue a Talca y escogió una casa donde se podría hacer el nuevo Monasterio definitivo.
El 19 de mayo de 1897 salían las Fundadoras con dirección a Talca. Al día siguiente, bendecidos la Capilla y el convento, se puso la clausura y se dio comienzo a la observancia regular.
El 3 de mayo de 1898 se puso la primera piedra del que sería el convento definitivo y el 26 de abril de 1900 lograron trasladarse las religiosas al nuevo convento.
En 1927, viendo la escasez de personal y la necesidad de una Priora para el gobierno de la Comunidad, se solicitó ayuda al Monasterio de San José, quien prestó a la Madre Matilde del Niño Jesús que venía acompañada de la Hna. Ana de Jesús María y José.
El 1 de diciembre de 1928 un gran terremoto epicentro en Talca dejó al convento en estado ruinoso. Durante varios meses la comunidad tuvo que habitar en carpas en el jardín. La reconstrucción terminó el 2 de septiembre de 1933.
En 1939 un nuevo terremoto dejó seriamente averiada la iglesia del Monasterio, la cual fue reconstruida para ser reabierta el 30 de abril de 1941.
En tiempos antiguos cruzaba la ciudad de Talca el estero Baeza pasando junto a la parte posterior del monasterio. Este estero fue desviado, construyéndose edificios sobre ese terreno. Los años 1951, 1952 y 1953, que fueron años lluviosos, hicieron que el estero se saliera, entrando al monasterio por el jardín y alcanzando a las piezas que estaban al nivel de la calle. Estas piezas quedaron para siempre húmedas haciendo que las hermanas se enfermaran. En este tiempo se construyeron edificios contiguos al monasterio lo que aumentó la humedad y perjudicó la huerta por falta de sol. La necesidad del traslado se iba haciendo más inminente. Monseñor Raúl Silva Henríquez, arzobispo de Santiago y hermano de la Priora, ofreció el terreno que quisieran en el Alto Las Cruces, fundo del Arzobispado de Santiago. Al Obispo de nuestra Diócesis, Don Manuel Larraín no le pareció bien el sitio por estar lejos de la ciudad, por lo que proyecto se paralizó por el momento.
En 1966 muere inesperadamente el Obispo Don Manuel Larraín. Se tomó la decisión de dejar el Monasterio y emprender la construcción del nuevo. Para esto la comunidad se trasladó al noviciado de las religiosas de los Sagrados Corazones, en Villa Alegre, donde estuvieron desde 1969 a 1971
Cuando estuvo construida la mayor parte del nuevo Monasterio la Madre Priora, María Josefina del Niño Jesús, con la Maestra de Novicias, Hna. Bernardita del Niño Jesús y María Inmaculada y las Hermanas en formación se trasladaron al convento.
La inauguración del nuevo Monasterio del Alto las Cruces fue el 14 de noviembre de 1971, día de los Santos de la Orden.