Siendo que nuestra comunidad es la más joven de las hijas de Santa Teresa en Chile no por eso deja de tener una historia que contar y un futuro hacia el que caminar.

TODO COMENZÓ ASÍ

Corría el año 1994 y el entonces Arzobispo de Puerto Montt, Monseñor Bernardo Cazzaro, no concebía su arquidiócesis completa sin la presencia de vida contemplativa. Tras hacer sus averiguaciones decidió pedir una fundación al Monasterio del Carmen de San José, en Santiago. Acompañado por Monseñor José Manuel Santos OCD nos visitó formalmente en el locutorio para hacer su petición, la que posteriormente ratificó por escrito con fecha 24 de marzo de 1994.

En un primer momento el impacto fue grande: «¿una fundación?» «¿tener que separarnos?» «¿dividir la comunidad?» «¿quiénes tendrán que partir?» «¿cómo financiar nosotras la fundación de un nuevo monasterio?»

La solicitud estaba hecha, a pesar de la incertidumbre y el miedo, la comunidad se puso en oración y vio que esta petición era Voluntad de Dios, por lo que dio su Sí.

El General de la Orden, Padre Camilo Maccise, concedió la licencia el 20 de mayo de 1994.

Desde este momento hubo un largo proceso de oración, casi 10 años, pidiendo al Señor que expresara su Voluntad enviando las vocaciones necesarias para sustentar ambas comunidades.

Entre tanto, la priora y la supriora del Monasterio de San José viajaron a Puerto Montt, y al no parecerles adecuado el terreno que ofrecía comprar Monseñor Cazzaro se decidieron por otro muy bonito, ubicado en una de las terrazas más altas de Puerto Montt, con vistas al mar y a la cordillera de Los Andes con sus imponentes volcanes nevados.

Los primeros pasos ya habían sido dados, pero la comunidad aún no se decidía a continuar con la fundación. Y así fue que, a lo largo del año 2000 y comienzos del 2001, empezaron a llegar numerosas vocaciones y pronto se completó el número de veinticinco, máximo concedido por el Padre General con motivo de la fundación. Como ésta fue la señal que pedimos y el Señor habló, comenzamos a dar pasos concretos.

En el año 2001, Monseñor Cazzaro presentó la renuncia por razón de su edad y el Papa designó a Monseñor Cristian Caro en su lugar. Al enterarse del proyecto se alegró y manifestó formalmente su deseo de tener un Carmelo en la arquidiócesis urgiéndonos a que procediéramos pronto.

LA FUNDACIÓN YA ERA UNA REALIDAD

Se decidió cual sería el grupo fundador, compuesto por cinco hermanas, el cual asistió a la ceremonia de la bendición y colocación de la primera piedra del futuro Monasterio de Carmelitas Descalzas SANTA MARÍA DEL MONTE CARMELO. Esta se realizó en Puerto Montt, el 8 de Septiembre de 2002,  fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen y bajo su protección.  

La piedra enterrada procedía del Carmen Alto de Santiago, cuando estaba situado en la Alameda esquina Carmen. Es la continuación de una tradición que nos une a las primeras carmelitas que llegaron a Chile en 1689, desde el Carmelo de Chuquisaca, Bolivia. En octubre del año 2002 se inició la construcción del Monasterio.

PUERTO MONTT NOS RECIBIÓ CON MUCHO AFECTO

El 21 de marzo fuimos recibidas en la Catedral con una iglesia repleta de fieles, de religiosas y también con la presencia de familiares y amigos. Una vez en Puerto Montt, las primeras cinco hermanas fuimos acogidas en el «Hogar San José» de las Religiosas de la Inmaculada Concepción, que derrocharon generosidad con nosotras cediéndonos todo un piso de su clausura. Muy luego tuvimos la alegría de que se nos uniera una sexta hermana, también de la comunidad de San José.

DE CÓMO LLEGAMOS A NUESTRA NUEVA CASA

El 15 de agosto de 2003, solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen, celebró la eucaristía Monseñor Cristian Caro. Eran la 5:30 de la tarde y llegó el momento de dejar reservado el Santísimo Sacramento en el tabernáculo. De esta forma, teniendo nuestra propia casa y ya con clausura, comenzaba nuestra vida regular. Después de varias etapas de construcción, en mayo de 2005, se dio por terminado el monasterio.

Una vez en nuestro monasterio, nos vimos en la necesidad de encontrar un medio para contribuir a nuestro sustento inmediato. Por esto decidimos trabajar en la fabricación de hostias, cirios y velas litúrgicas y unos «ricos alfajores», productos que en la actualidad seguimos fabricando por la alta demanda que tienen.

EL FIN DEL PRINCIPIO

El 2005 fue un año de muchas gracias: llegó una nueva hermana del Monasterio de San José, profesa de votos temporales, para integrar nuestra comunidad y pronunció sus primeros votos la primera hermana que entró en Puerto Montt. Cumplidos todos los requisitos que pide la Iglesia para conceder la erección canónica, que son número de hermanas y monasterio, el 30 de diciembre de 2005, nuestro Arzobispo Monseñor Cristián Caro en una solemne Eucaristía hizo leer el rescripto otorgado por la Santa Sede al Monasterio Santa María del Monte Carmelo en Puerto Montt, Chile.

La etapa fundacional estaba terminada y era tiempo de vivir nuestra vida contemplativa en toda su sencillez y profundidad. Urgidas por el amor de Cristo, buscamos dar un testimonio gozoso de que solo Dios basta.