Monasterio de Cristo Rey y María Mediadora – La Florida, Santiago

Fundación: 14 de noviembre de 1931
Dirección Av. Macul Alto 5100 – La Florida Casilla 36 Correo 11, Santiago
Teléfono: +56 227582288
Celular: +56 9 62080596
E-mail: cdcristorey.mariamed@gmail.com

PRIMEROS PASOS

En 1931 la situación política y económica del país no se prestaba precisamente para la fundación de un nuevo monasterio de clausura, pero los caminos de Dios son tan distintos de lo que nuestros cortos cálculos pueden imaginar, que precisamente ese año tan adverso, un nuevo Sagrario daba hospedaje a Jesucristo, Rey y Señor de cielo y tierra.

Diversas circunstancias, habían llevado a la Madre María Teresa de San Juan de la Cruz, priora del Monasterio de Los Andes, a madurar la idea de la nueva fundación, en el que las hermanas cumplieran de modo especial el cometido de todo el Carmelo Descalzo: orar y entregar la vida por la santificación de los sacerdotes.

Las dificultades se sucedían, pero la madre María Teresa tenía una fortaleza de ánimo y una confianza en Dios a toda prueba y se lanzó en esta aventura que parecía destinada al fracaso desde sus comienzos. El Señor iba respondiendo a su confianza y abandono de tal forma que era imposible no ver que Su voluntad era que se fundase el nuevo monasterio. Además, San José, a quién se encomendó de forma particular el proyecto, respondía de manera realmente prodigiosa, y la Santísima Virgen no dejaba de mostrar sus delicadezas de tal forma que se la puede llamar realmente la fundadora de la nueva casa.

El Arzobispo de Santiago, monseñor Crescente Errázuriz, aunque veía con buenos ojos el proyecto, puso por condición para dar la licencia que la comunidad tuviera una determinada cantidad de dinero para sostener la obra, dinero que por supuesto la priora no tenía. Este grave inconveniente se solucionó gracias al generoso aporte de dos señoritas cercanas al Carmelo. En menos de un mes se obtuvo la licencia venida desde Roma.

Tenían el permiso, pero ¿dónde empezar? A comienzos de septiembre, las personas encargadas de buscar una casa que se pudiera adaptar para monasterio sólo daban malas noticias, no solamente no encontraban algo adecuado, sino que la situación política era realmente preocupante.

Ante el oscuro panorama que se presentaba, capaz de desalentar a cualquiera con menos confianza en el Señor, la madre María Teresa respondía serenamente: “Es verdad que los tiempos por que pasamos son difíciles, parece que en todo se pudiera pensar, menos en una fundación, pero Nuestro Señor nos ha dejado ver tan claro su deseo, que debemos esperarlo todo de Él.”

Octubre ya terminaba cuando se vio una luz al respecto: el Arzobispado de Santiago prestaba por un año y medio la casa de ejercicios San Francisco Javier situada junto al 2° Monasterio de la Visitación, que estaba todavía sin terminar.

Monseñor Carlos Casanueva, que tenía a cargo dicha casa, estudió los arreglos indispensables para convertirla en un pequeño monasterio y ordenó que se desocupara ese mismo 29 de octubre la parte que daba a la calle Crescente Errázuriz n° 907. Asimismo, el ingeniero que había dirigido la construcción, ofreció gratuitamente sus servicios y con toda abnegación se dedicó a apresurar la obra de adaptación. Se cambió la disposición de las habitaciones, se convirtieron algunas salas en celdas, se adaptó la capilla y locutorio, y además, se independizó del resto del edificio, levantando el muro de clausura. Todo esto se hizo en 15 días.

FUNDACIÓN

El nuevo Arzobispo de Santiago, monseñor José Horacio Campillo, visitó la casa, y fijó la fecha de salida de las fundadoras para el 14 de noviembre de 1931, fiesta de Todos los Santos de nuestra Orden, al terminar el rezo de Vísperas, y bajo una fuerte lluvia, salían del Monasterio de Carmelitas Descalzas del Espíritu Santo de la ciudad de Santa Rosa de Los Andes.

Llegaron alrededor de las 18,30 hrs. a la estación Mapocho de Santiago, y se dirigieron enseguida al Monasterio de la Visitación. Luego de una corta visita en el locutorio, pasaron a la iglesia, donde las visitandinas entonaron el Te Deum. Después de la exposición y bendición con el Santísimo Sacramento, que realizó el Vicario General, monseñor Juan Francisco Fresno, se organizó una pequeña procesión para llevar el Santísimo a la capilla del nuevo monasterio, y una vez reservado en el Sagrario, el Vicario, a nombre del Arzobispo, puso la clausura papal.

El nuevo “palomarcito” se fue llenando de jóvenes generosas que afrontaron grandes dificultades que no tardaron en aparecer, como en toda obra que lleva el sello del Señor, que es su bendita cruz.

La comunidad vivió varios traslados. Por último, en junio de 1979 nos trasladamos a un nuevo edificio en la ubicación actual en Macul Alto.

En 1974 un grupo de hermanas salió para fundar el Monasterio Santa María de la Unidad en la ciudad de Osorno.

EN MACUL ALTO

Desde sus comienzos, la vida de nuestra comunidad, como la de todo Carmelo, ha participado desde el silencio y la vida escondida, de las alegrías y dolores de la Iglesia y de la Patria y ha experimentado la mano providente del Señor y de María Mediadora, por lo que sólo nos resta decir con Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús “Cantaré eternamente las misericordias del Señor…” (salmo 88) Desde nuestra pobreza y limitaciones soñamos con «ser tales» como la Santa Madre nos pintaba en sus deseos, aprendiendo de Ella a ser verdaderas carmelitas inflamándonos en celo apostólico por la salvación de las almas y la santificación de los sacerdotes. Con la entrañable antífona del Oficio del 15 de Octubre rogamos «Santa Madre Teresa, mira desde el cielo a ésta tu familia y cuida de ella con amor. Corona la obra que un día emprendiste en la tierra». Enséñanos a amar a Jesús en unión con Muestra Madre Santísima y San José. Amén